El marketing tradicional se refiere a las estrategias y tácticas de marketing utilizadas antes de la era digital, como la publicidad impresa, la radio y la televisión. El marketing digital, por otro lado, se centra en las estrategias en línea, como el marketing por correo electrónico, las redes sociales, la optimización de motores de búsqueda (SEO) y la publicidad en línea.

El SEO (Search Engine Optimization) es el proceso de mejorar la visibilidad de un sitio web en los resultados de búsqueda orgánicos de los motores de búsqueda. Es importante porque ayuda a aumentar la visibilidad de una empresa en línea, atrae más tráfico cualificado a su sitio web y mejora su reputación y credibilidad.

Las redes sociales son plataformas poderosas para el marketing, ya que permiten a las empresas interactuar directamente con su audiencia, construir relaciones, aumentar la visibilidad de la marca, promover productos o servicios y recopilar comentarios valiosos. También son una forma efectiva de generar tráfico hacia el sitio web y ampliar el alcance de la empresa.

El éxito en el marketing se puede medir a través de diversos indicadores clave de rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés), como el retorno de inversión (ROI), el tráfico del sitio web, las conversiones, la tasa de participación en las redes sociales, el reconocimiento de marca y la satisfacción del cliente. Los KPI varían según los objetivos y la estrategia de cada empresa.

La marca es la identidad y la imagen que una empresa transmite a sus clientes y al mercado en general. Juega un papel fundamental en el marketing, ya que ayuda a diferenciar una empresa de sus competidores, construye confianza y lealtad en los clientes, y crea una conexión emocional con ellos. Una marca sólida puede influir en las decisiones de compra y generar una ventaja competitiva